Extorsión y homicidios también tocan la puerta a vigilantes informales en Barranquilla y Soledad
El experto en seguridad y docente de la Universidad del Norte Luis Fernando Trejos plantea unas hipótesis sobre este fenómeno.
Barranquilla y Soledad atraviesan un preocupante aumento de hechos violentos que, en lo corrido de agosto, han tenido como principales víctimas a vigilantes informales.
La situación ha encendido las alarmas de las autoridades, ya que los ataques se han dirigido contra personas que cuidan establecimientos comerciales, parqueaderos y otros predios.
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En lo que va del mes, Barranquilla ha registrado el asesinato de un vigilante informal, mientras que en Soledad se han presentado tres casos. A estos se suma otro ocurrido en mayo.
Ante estos hechos, Zona Cero entrevistó a Luis Fernando Trejos Rosero, experto en seguridad y docente de la Universidad del Norte, quien planteó dos posibles hipótesis.
“Respecto a este hecho particular se pueden plantear dos hipótesis. La hipótesis central vincula estos homicidios al no pago de extorsión por parte de los propietarios de los negocios en los que los vigilantes trabajaban. Los grupos criminales que hacen presencia en esos territorios particulares del área metropolitana están asesinando a estas personas, tratando de generar presión sobre dueños de algunos establecimientos comerciales que no han pagado extorsión, y esto sería para enviarles un mensaje directo a esas personas”, explicó Trejos.
La segunda hipótesis, dijo, “está relacionada con que los grupos en ese ejercicio de control territorial que han venido desarrollando en algunas zonas del área metropolitana sean los únicos que se abroguen el derecho a prestar el servicio de seguridad y en este sentido violenten de manera homicida a los vigilantes informales con el fin de que la gente o la ciudadanía le pague al grupo armado por la ‘prestación’ del servicio de seguridad y no le pague a estas personas que lo hacen de manera informal”.
El experto precisó que “los últimos asesinatos de vigilantes dejan ver un patrón de comportamientos y una acción sistemática que quizá puede estar asociada al control del territorio o a la presión para que haya pago de extorsiones especialmente de propietarios de establecimientos comerciales”.
Trejos también advirtió que el problema supera las capacidades de las alcaldías. Según dijo, “más o menos el 50% de las llamadas extorsivas que se reciben en este territorio salen de cárceles, y hay que entender que el control sobre el INPEC lo ejerce el Ministerio de Justicia, no los alcaldes. Ahí se presenta una primera dificultad en la medida en que la corrupción presente en algunos funcionarios del INPEC va a dificultar cualquier ejercicio que se haga desde afuera de las cárceles por las autoridades”.
Además, explicó que la extorsión ahora se mueve también a través de billeteras electrónicas.
“Son escenarios complejos que también escapan del alcance de las autoridades locales, necesitamos una regulación de la compra y venta de Sim card, es decir, quien compre una Sim Card tiene que hacerse responsable por lo que suceda con ese número y lo mismo debe suceder con las billeteras electrónicas”.
Para el experto, reducir la extorsión sí es posible si se cortan las comunicaciones criminales desde las cárceles: “Innegablemente habría una reducción significativa, no se acabaría, pero por lo menos sí habría un alivio”.
Vigilantes informes asesinados
Barranquilla
El caso más reciente de un vigilante informal asesinado se registró en el barrio Las Malvina de Barranquilla, el pasado 10 de agosto.
La víctima se encontraba en una vivienda, ingiriendo bebidas alcohólicas, momento en que llegaron dos hombres al inmueble y le dispararon.
Hay que precisar que los hechos fueron perpetrados a las 5:00 de la madrugada. El hombre murió en el lugar a causa de los disparos que recibió.
La víctima fue identificada como Brayan Enrique Rodríguez Soto, de 32 años.
Según el informe policial, Brayan registraba tres anotaciones judiciales en SPOA por los delitos de fuga de presos, concierto para delinquir y porte ilegal de armas de fuego.
Soledad
El 10 de agosto otro hecho de sangre cobró la vida de Víctor Alfonso Enríquez Amador, de 34 años, un vigilante informal en el barrio Villa Muvdi.
La Policía informó en su momento que Víctor se encontraba cumpliendo con su labor en horas de la madrugada, en un parqueadero, cuando lo abordaron dos desconocidos a pie, los cuales sacaron un arma de fuego y abrieron fuego contra él.
El vigilante murió en el lugar de los hechos a causa de los disparos en su cuerpo.
Se conoció que Víctor Alfonso Enríquez se desempeñaba como vigilante informal desde hace 4 años.
El barrio Villa Soledad también fue escenario de un ataque a bala que le quitó la vida a otro hombre dedicado a esta labor.
Los hechos se presentaron el 8 de agosto a las 5:00 de la tarde.
Erick José Colina Morales, de 32 años, fue atacado con arma de fuego por dos sicarios a bordo de una motocicleta, cuando se encontraba lavando su moto a las afueras de su vivienda
Rápidamente fue auxiliado y llevado al Hospital Universidad del Norte, donde se confirmó su muerte.
Erick se dedicaba a este oficio informal, luego de llegar de su natal Venezuela.
Ese mismo día, a las 10:20 de la noche fue asesinado Brayan Eduardo Cárdenas Vasco, de 33 años, en el barrio Terranova, de Soledad.
La Policía indicó que Brayan se encontraba en la carrera 9 con calle 63, momento en que llegaron dos sujetos, uno con buzo de color azul con blanco, lo abordaron desde una moto negra a la víctima.
Desenfundaron el arma y lo dejaron herido en el lugar. Brayan fue trasladado al hospital Juan Domínguez Romero, donde ingresó sin signos vitales.
Brayan presentó una herida en el cuello, tres en el tórax posterior y dos más en la pierna izquierda.
Otro de los hechos tuvo lugar en el barrio Villa del Rey de Soledad, el 30 de mayo.
De tres impactos de bala fue asesinado el vigilante informal, identificado como Jesús Maldonado Camargo, de 58 años de edad.
La acción criminal tuvo lugar en vía pública de la calle 50C con carrera 2G.
La Policía informó que los habitantes del sector escucharon varias detonaciones de arma de fuego y al salir a mirar observaron un cuerpo tendido en la vía sin signos vitales y heridas en la cabeza.